En el gimnasio donde voy, hay una señora mayor, como de 65 años.
Hace unas locuras de peso, que me quedo inmóvil.
Ella también.
Te cuento.
Ya sabrás que cuando hacemos ejercicios, usualmente compartimos máquinas.
A menos que el gimnasio sea demasiado grande, vayas un feriado en una madrugada de invierno, o, sea un gimnasio Pokémon que no tiene máquinas.
Entonces, si tengo el privilegio (sarcasmo) de compartir máquina con alguien, nos turnamos. Hace y descanso, hago y descansa, así vamos hasta que cada quien termina sus series.
Bien.
Un día, me tocó compartir con esta gymsis de +65 años la máquina de los abductores, es como una silla. Este ejercicio, lo dejamos casi para el último, así que asumo que ya estaba cansada (yo lo estaba).
En una de esas, le tocaba descansar, pero no se paró.
Se quedó recostada, con los ojos cerrados y la boca medio abierta.
Yo le hablaba, pero no se movía.
Me quito los audífonos, tal vez no estoy hablando lo suficientemente fuerte.
Le hablo, y nada.
Me preocupo, y llamo al entrenador, le hago señas de que no sé qué le pasa🤷🏻♀️
Él viene, y empieza a llamarla.
Le toca el hombro, y tampoco responde.
Rambo (sí, así le dicen al entrenador. Ya te imaginarás cómo nos hace sufrir… Pero ese no es el asunto de este email) y yo nos miramos, y nada.
Petrificus totalus.
Luego de unos minutos en esa escena de tensión, de repente, la señora tomó una respiración profunda, así como cuando la gente se está ahogando y sale a la superficie (no me ha pasado, pero vamos, he visto películas) y abrió los ojos.
Otra vez Rambo y yo mirándonos.
La señora pregunta ¡¿QUÉ?! Sorprendida, y riéndose.
Fue como que se durmió, o no sé, de verdad.
Ninguno de los tres se enteraba de nada.
Rambo le dice, “Ya me había preocupado, pensé que teníamos que llevarla al hospital”.
Y yo, riéndome nerviosamente, así como Yao Ming.
Ala, qué susto
Con ella me pasan unas cosas que me daría para un libro. Es todo un tema. No pierdo la capacidad de asombro.
Y, así como yo me asombro cada vez que la veo levantar esos pesos, o cuando se “duerme”, un buen infoproducto tiene el mismo poder.
En ti, porque recibes un infoproducto, valioso, bien diseñado y que refleja la autoridad de tu marca personal.
En tu audiencia, porque les hablas directamente a ellos, resuelves su necesidad, y confían en ti.
Pero pocos, pocos, poquísimos, logran ese efecto wow explotador de cabezas. Por eso, al crear los tuyos, ten presente que sea valioso, preciso y esté bien estructurado.
Tengo buenas ideas, si necesitas una, avísame, y te “echo un cable”.
Eso es todo por hoy, me voy a jugar Hogwarts Legacy.
adriana :)
PD: Se está cocinando un pódcast, pronto lo servimos.
wow, definitivamente esa situacion si marca, que buena comparacion.
Yo procuraría no coincidir en el gimnasio con esa señora, que cualquier día te da un susto de verdad.
Ya tengo ganas de ese podcast